La mayoría de los derechos humanos no son absolutos. Por eso, que un derecho humano sea restringido no implica que haya ocurrido una violación a dicho derecho humano. Sin embargo, la restricción al derecho debe ser acorde con los derechos humanos. Para examinar la convencionalidad de las restricciones a derechos, la Corte Interamericana de Derechos Humanos utiliza el test de proporcionalidad.
¿Qué es el Test de Proporcionalidad de la Corte Interamericana?
El Test de Proporcionalidad es una metodología que permite facilitar la evaluación o ponderación de si una restricción a los derechos humanos causa una afectación menor a los beneficios logrados por dicha restricción.
El test de proporcionalidad consiste en cinco pasos o etapas. Si una restricción incumple alguno de estas etapas, es suficiente para considerar que la restricción es contraria a los derechos humanos.
¿Cuáles son los pasos del Test de Proporcionalidad?
Al realizar un test de proporcionalidad se debe examinar la legalidad, finalidad, idoneidad, necesidad y proporcionalidad de la restricción.
Legalidad de la Restricción
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha establecido que cualquier restricción a derechos humanos debe estar claramente establecidas por ley. Dicha ley debe ser emitida “de acuerdo con los procedimientos y por los órganos establecidos en la Constitución de cada Estado Parte” (Ver OC-6/86 párrs. 27 y 32).
Finalidad de la Restricción
La finalidad de la restricción se refiere al objetivo que se intenta lograr al restringir un derecho. En esta etapa se debe determinar cuál es la finalidad de la restricción y si esta es acorde a la Convención Americana.
Por ejemplo, si un juez permite que se intervengan tus comunicaciones telefónicas en el marco de la investigación de un delito, se está restringiendo tu derecho a la privacidad con el objetivo de investigar un delito. La finalidad de la restricción es la investigación de un delito y esta es acorde a la Convención Americana. Distinto fuera el caso si la intervención telefónica se diera para conocer las acciones legales que personas defensoras de derechos humanos están considerando iniciar en contra del Estado. Esta finalidad no sería acorde a la Convención Americana.
Idoneidad de la Restricción
La idoneidad de la restricción se refiere a si la medida es capaz de lograr la finalidad de la misma. En este paso no es necesario analizar si es correcto o no aplicar esa medida restrictiva para lograr el fin propuesto, sino solo si la medida es capaz de lograr el fin.
Necesidad de la Restricción
En esta etapa se debe examinar si existen otras medidas igualmente idóneas para lograr el fin propuesto, pero que causen una menor afectación al derecho en juego.
Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19 algunos países cerraron los parques públicos. La finalidad esa medida es proteger la salud pública. Sin embargo, considerando que los parques son espacios al aire libre, era posible lograr la misma finalidad restringiendo la cantidad de personas que podían estar en el parque, o, quizás, exigiendo la utilización de mascarillas. Existían otras medidas igualmente idóneas que causan una menor afectación, por lo que el cierre de los parques era innecesario.
Proporcionalidad de la Restricción
En caso que una restricción sea acorde a todos las condiciones anteriores, se deberá examinar si es estrictamente proporcional. En esta etapa se pondera el beneficio que trae la restricción junto con la afectación causada por la misma. Además se puede tomar en cuenta, por ejemplo, las condiciones específicas de la persona a quien se le está restringiendo el derecho.
Por ejemplo, en casos de privaciones a la libertad personal, se debe tomar en cuenta si la persona siendo detenida es la principal encargada del cuido de niños, niñas o personas mayores, o si, por ejemplo, sufre una enfermedad que puede empeorar por su detención.
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