Patricia Tarre Moser
17 jun 2025
En este episodio, junto a René Ureña, exploramos cómo el movimiento evangélico ha pasado de ser una minoría religiosa a un actor político influyente, sus estrategias de incidencia y el impacto que esto tiene en los debates sobre derechos sexuales y reproductivos, así como los retos que plantea para el movimiento de derechos humanos en la región.
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En los últimos años, el crecimiento del movimiento evangélico en América Latina no solo ha transformado las dinámicas locales, sino que también ha comenzado a influir en espacios internacionales, incluyendo al SIDH. Para comprender mejor este fenómeno, conversamos con René Ureña, abogado colombiano y profesor de la Universidad de los Andes, quien ha investigado este tema a profundidad.
De minoría religiosa a actor político relevante
Durante décadas, las iglesias evangélicas fueron percibidas como grupos religiosos marginales en América Latina, con escasa participación en la vida política y social. Su principal lucha era por la libertad de culto y la protección como minorías religiosas.
Pero a partir de los años 70, esto comenzó a cambiar. Influenciadas por mega iglesias evangélicas en Estados Unidos, muchas con fuertes vínculos anticomunistas, las iglesias evangélicas carismáticas comenzaron a expandirse con fuerza en la región. Lo que inicialmente fue una expansión con motivaciones geopolíticas, rápidamente se convirtió en un fenómeno orgánico, profundamente arraigado en las comunidades locales.
Para finales de los años 90 y principios de los 2000, el movimiento evangélico ya no solo pedía espacio y protección, sino que buscaba moldear el espacio público, participar activamente en debates sobre aborto, derechos LGBTIQ+ y educación, y tener incidencia en la política nacional e internacional.
Un nuevo tipo de activismo en el Sistema Interamericano
En los últimos años, los movimientos evangélicos han adoptado estrategias similares a las que utilizaron en su momento los movimientos progresistas de derechos humanos: litigio estratégico, incidencia en medios de comunicación, construcción de redes transnacionales y movilización en plataformas digitales.
Una muestra clara de este tipo de activismo es la presentación de amicus curiae por parte de organizaciones conservadoras en casos clave relacionados con derechos sexuales, reproductivos y LGBTI. Aunque hasta ahora no se han registrado casos litigados directamente por estas organizaciones ante la Corte IDH, su presencia es cada vez más notoria en audiencias públicas, redes sociales y espacios de movilización política.
El caso Beatriz vs. El Salvador es un ejemplo emblemático. Durante la audiencia ante la Corte IDH, tanto movimientos progresistas como grupos conservadores se movilizaron activamente. En las calles y en las redes sociales, ambos sectores buscaron posicionar sus argumentos. La audiencia incluso contó con la presencia de figuras políticas como Fabricio Alvarado, pastor evangélico y excandidato presidencial en Costa Rica, quien ha tenido un papel central en la articulación del movimiento conservador en la región. Este caso reflejó cómo los debates jurídicos ante el SIDH son, al mismo tiempo, escenarios de confrontación política y cultural de alcance regional.
En países como Costa Rica, la influencia del movimiento evangélico ha sido especialmente visible. Fabricio Alvarado, por ejemplo, estuvo a punto de ganar la presidencia tras oponerse públicamente a la opinión consultiva sobre matrimonio igualitario. Su candidatura logró articular no solo al movimiento evangélico, sino también a sectores conservadores católicos, demostrando que estos actores pueden tener un peso decisivo en la política nacional.
Retos para los derechos humanos: ¿cómo responder?
El avance del movimiento evangélico en los espacios de derechos humanos plantea preguntas difíciles. ¿Cómo defender los derechos adquiridos sin excluir del debate a quienes piensan diferente? ¿Es útil seguir usando el término "antiderechos" para referirse a estos actores?
En lugar de cerrar espacios, es necesario construir marcos jurídicos y políticos que garanticen los derechos de las poblaciones vulnerables, mientras se reconoce la participación legítima de las personas evangélicas en los debates públicos. No se trata de equiparar sus demandas con los estándares de protección de derechos humanos, sino de asegurar que el espacio democrático sea plural y permita la participación de todos los sectores, siempre dentro de los límites que garantizan la igualdad y la no discriminación.
Exclusión y descalificación solo fortalecen la percepción de persecución y pueden profundizar la polarización. Por eso, hablar de "antiderechos" puede ser un error estratégico que obstaculiza la posibilidad de diálogos efectivos y de construcción de consensos mínimos.
Nuevas estrategias para un nuevo escenario
El contexto actual exige nuevas estrategias, tanto jurídicas como comunicacionales. Las organizaciones que defienden los derechos de las personas LGBTIQ+ o los derechos sexuales y reproductivos deben entender que el movimiento conservador ya no es un actor marginal, sino que forma parte central de la conversación política y jurídica en la región.
Los litigios ante el SIDH no solo deben pensarse en función de ganar los casos, sino también en función de cómo se disputan los relatos en las redes sociales, en las calles y en los procesos electorales.
Este es un momento clave para el movimiento de derechos humanos en América Latina. La defensa de los derechos debe mantenerse firme, pero también debe abrir espacios para nuevas conversaciones y alternativas creativas que fortalezcan la legitimidad del sistema y hagan posible la convivencia democrática.
Episodio de Podcast
En este episodio, hablamos sobre el crecimiento del movimiento evangélico en América Latina y su impacto en el SIDH. Exploramos cómo este movimiento ha adoptado estrategias políticas y jurídicas para influir en debates sobre derechos sexuales, reproductivos y LGBTI.
Invitado de hoy
René Ureña es académico y abogado especializado en derecho público y gobernanza global, con una profunda vocación por abordar desafíos sociales complejos mediante soluciones jurídicas innovadoras. Su trabajo es interdisciplinario, e incluye el derecho económico internacional, los derechos humanos, las organizaciones internacionales, el derecho penal internacional, la justicia transicional y el derecho público comparado en América Latina. Ha escrito dos artículos sobre el movimiento evangélico y derechos humanos.
Recursos Adicionales
Video en el canal de Estudia DDHH sobre el impacto evangélico en el Sistema Interamericano.
El artículo Evangelicals at the Inter-American Court of Human Rights.
El artículo Reclaiming the Keys to the Kingdom (of the World): Evangelicals and Human Rights in Latin America.
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